En el ejercicio de la auditoría, la vigilancia o la asesoría financiera, uno se enfrenta constantemente a decisiones éticas. He aprendido que la integridad no es negociable.
Ser profesional es mucho más que cumplir con una tarea: es actuar con responsabilidad aún cuando nadie observa, es defender lo correcto aún cuando sea incómodo.
La reputación se construye en silencio y se sostiene con hechos. Por eso, siempre he elegido ser fiel a mis principios.
En cada institución donde he estado, mi guía ha sido la coherencia. No hay título ni reconocimiento que valga más que una conciencia tranquila y un trabajo bien hecho.
Beatriz Eugenia Cortés Gaitán